viernes, agosto 19, 2011

La Carlita 1905 -2011

Cuando la luna    es un espejo
en  el azul  de la noche

Llamo    los      duendes    
a   cantar  poesías   

Desplegar     sus   alas
Volar   junto al viento
 abrazar     vivencias
encerradas  en  hiedras  que  ahondan  ladrillos    de  barro  y arena

Un sapo*    salta   sin hacer  ruido
para  no despertar   los  muertos
que  aun viven    silencios

Afuera,   el río  salpica  sus aguas
bendice   nostalgias
que  besan los senos  marchitos   de amor  y distancias

  Los  percibo
abrir  y cerrar  ventanas
   corretear   por  el patio
encender    bengalas     con  sus manos  mágicas
recostar    ensueños   en la manta   rosa    del  viejo lapacho





Myrtha  milella
16   agosto   2011
 
* el sapo Totito  de la casa.

martes, agosto 09, 2011

Dos poemas celebrando el amor y la vida

En nuestras Bodas de Oro, te regalo dos poemas


Regalo de amor
 
Hoy  te  regalo
este amor    tan viejo  y tan  nuevo
que   nació   con  el  mundo mismo
Cuando la nada
se  confundía en el abismo.
concebido   en el  mismo  génesis  de la  vida
 
Ya estabamos
era a si
Tu  y yo
fusionados
Caminando rosas  y saltando piedras
era asi
cuando nuestros  cuerpos  jóvenes
lamían  la miel candorosa
de  nuestras pieles
en el amor   torrentoso,
o simple o  místico.
 
Amor,  tu  y  yo
Asi
para siempre   aun mas alla
de esta  vida
 



  Necesito
 
 Necesito    tus  brazos  apretados
para caminar esta vida  que  nos  falta.
 
Necesito  tus  ojos  tan negros  
como  la  noche  y   el  silencio.


Tus  pasos…
que dejaron  huellas
en el manejo   sutil  de  los  recuerdos.
 
Tu  voz,  
cadencia   donde  navega  tu alegría  y  tu tristreza
 
Tu  mano…  la  recorre   mi intimidad.
 
 
 
                                  Myrtha  Milella
                          
              1º   de  julio     1961      2011


domingo, agosto 07, 2011

Una luna para Joaquín

Colgada del  horizonte
aparece enorme
la  luna de   duendes  y  magia
 
Es  hermana del poeta
boceto inalcanzable
en la ironia de las pertenencias.
 
La  luna llena   apareció    otra  vez
abotonando el cielo
con iris refulgentes  y pisadas de papel
 
Un pequeño ansia    tomarla
entre poemas esparcidos
sobre el pasto de sus juegos
 
Tal vez el tiempo, préterito  indefinido
cobije tanta  luz
y  pueda  saltar  para alcanzarla
 
En tanto empuja
 el carro amarillo de su antojo.
 
 
Myrtha milella
Agosto   2010

sábado, mayo 15, 2010

Recordánte, madre


-Myrtha, recordás que día es  hoy?
-Sí mamá, es el dia de tu cumpleaños-
-Preparaste  el  chocolate?  ¿Lo vas  a servir  en  las tazas blancas   sobre  el mantel   bordado  que  cubra la mesa   donde hacen tantos años, naciste?
- Si  mama,  la   mesa  ordenada  como siempre   con cosas  ricas.
-Además  te  preparé  la torta  que tanto  te  gusta,  le  coloqué  muchas  velitas.
-  Ya se  huele  el  aroma  a  chocolate, la casa   husmea  esa  delicia caliente -
  -¿Me podes ayudar a vestir?-
-Si mama- Te  pondré   también    los anillos  que disimulan tus  manos  añosas-
-Te  maquillare    suavemente, y  haré  que   resalten  la belleza de tus  ojos  verde mar.
 
Miro a través    de la ventana,  corro las  cortinas, los  vidrios  translúcidos    me  hacen sentir    afuera.
 
Afuera   un  otoño  copioso  trae  tristezas,  siento  frío.
Miro  el    árbol   donde  recuesto  mis pensamientos    es un   nido  dorado  donde los pájaros  se unen   en oración.
 
-Myrtha, abrí la  puerta,  están  golpeando-
-Son los abuelos, mamá-
-¡Ahora  llega papá!-
-Tambien viene  Cynthia,  ¡que grande se la ve!  Luce  un vestido de piel de ángel-
-Otra  vez el timbre!-  es tía  Juanita  y  tus  hermanos  mama-
 
-¿Y los  nietos?  Que pasa  que  no llegan? .   El  chocolate  se enfría.-
 
-Ellos  no  vendrán  mama
-¿Porque? –
-Porque  ya no estas  mamá-
 
 
(16   de  mayo, Feliz  cumpleaños,  te recuerdo  con amor  querida  madre)

Myrtha Milella 

jueves, diciembre 03, 2009

Recordando


Tengo  tanto desaliento  al verte  sentado majestuoso    y arrogante  en   los  estrados    que perfilan   el cinturón de mi morada,   hasta pienso que  no   te abrazaré  más,   como  aquellas tardes  de hastío,   cuando tu serenidad  me  arropaba   dejando atrás  la oscuridad    de mi certeza.
 
Siempre te amé,  desde    el tiempo  en  que  lamías  mis senos  incipientes y    las  aristas  de  mis  curvas   adolescentes,   sintiendo   la  tibieza   y el   cobijo de tu traje de   lluvia  que   adormecían   mis  espacios,   que    ahora  duelen.


No se  lo  que pasó. 


-¿Por qué  te  volviste  loco?-.  si   mis   brazos   están   siempre  esperando   los  tuyos,   junto  al    fluir  de mi desamparo que  no saben   de orillas.
 
Me  has   herido, no solo a  mi,   también  a   las  gaviotas  que  perdieron  el     crepúsculo  junto    a  sus  nidos,    en el  banco de arena.
 
Sin poder  detener  el  furor   de  tu  desliz ,  me unjo ante  el manto de tus aguas,  y te abro las  puertas    para    que  sin   tropiezos,       penetres     en mi  esencia,   y   te    alejes,    cuando  hayas saciado   los   rincones   de  mi     cuerpo,    en  madrugadas  de  preguntas.      
 
Dejo   una luz   encendida ante  la  bruma  de tu arrebato
En tanto... aguardo   afuera.

martes, octubre 20, 2009

El milagro de vivir


El  cóndor majestuoso   con sus alas   plegadas,  contempló  el  abismo  donde un pájaro  de acero  se partió  en  dos   para  hacer   temblar  el  silencio de las  cumbres.
 
Estatuas  vivientes  cubiertas  de    nieve  comenzaron  a  articular   sus  miembros   con  gritos y  ayes  ante lo inconmensurable que sacudió el espanto.
 
Más   áspero que el  vino de la  muerte   fue   la  realidad   donde  debían  convocar  pensamientos  acertados  ante    el  infortunio  de  la situación.
 
Días,  horas, meses,    desenlaces  agobiantes    perfilaron     al    vuelo  que los    llevaba   al goce de  un encuentro amistoso,  cruzando  simplemente  la Cordillera  de los Andes,   cordón infausto que tronchó los bríos de la gloria,  diluidos como una moneda  de cara  o seca de la suerte.  
 
El estupor   los  envolvió  de   horror   y  miedo.
Sin  desmembrase,   con la  razón   iluminada  por  un candil de llama   votiva y la  convicción  inalterable  de vida  o  muerte,   comulgaron con la carne y  bebieron  de la  nieve, ante  un rosario  entrelazado   en  sus   manos.
 
Dos de ellos   marcharon con denuedo  para alcanzar  la salvación  que  promete el Señor   seguir   viviendo  más  allá  de  la  muerte  misma.
 
“Sed  humildes  de  corazón “  con esta  premisa   encontraron    la mano tendida    que  los  llevó a la  esperanza  contenida    junto   al   tiempo  de  infinita   desolación.
 
- Vuelve   hacia  nosotros-  dijeron  los    gigantes  de la nieve.
al encontrar al  mas  humilde   de  los  grandes.
 
- Tira   una   piedra sobre  el  río -    le   dijeron- 
En  un   exiguo y arrugado papel  atado a  la  piedra,   se trazó una   historia heroica.
 
-  ¡Sálvanos ! -  Escribieron los  valientes de la montaña.
 
El milagro  fue realidad,  pronto  el rescate  voló  sobre los   extraviados   de los  Andes.
Los   temores    de la  incertidumbre   se diluyeron   ante el rugir de motores  semejantes  al  canto de una  bandada   de pájaros   perdidos,  cuyo  territorio  diametral era  el  lugar     del encuentro.
 
Cuando   fueron rescatados    en   helicópteros   sin alud,  ellos, tan solo dieciséis, que sellaron   el  ópalo secreto de un cementerio  regado   con lágrimas  de   amor,  sumergidos  en  un lago  de  hielo   donde la   muerte  a  cambio de la vida   se  tatuó    en  cada uno de   sus   corazones. 
 
Cuando    todo   se  tornó  en   calma,   el  cóndor  presencial   de  un   conjuro  de    jóvenes  heroicos  ante lo  que se  juzgaba   irremediable,  desplegó  sus alas brillantes  reflejadas  con la  luz  del  sol  y  voló  a  posarse  en el  pico   mas alto  de una nueva   montaña  para   contemplar   el infinito,   allí,   donde  la  razón del  hombre  no alcanza   a  comprender.


miércoles, octubre 14, 2009

Begonias


Tu  begonias, mamá  
 
Aún duelen  las  begonias
que acariciaban  tus manos.
 
Un otoño transgresor
se desliza  fuera de  apremios
sin   ver germinar  tus   desvelos
en   pétalos  mojados de fino río
 
Revuelvo   cada   planta
 
Que me acerquen
sin   congojas
al aposento de   tu ausencia
 
 
El sol   guiña un ojo
reviviendo  nervaduras
sosteniendo  entre    sus hojas
el viento  norte que lastima  mis  honduras
.
Aún duelen  tus begonias
 
Entonces  espero  la nube de los sueños
que me  torne  polen 
y  alcanzar un recodo de tu cielo.


Con todo mi amor, va mi recuerdo para vos, querida mamá.
Myrtha